viernes, 23 de mayo de 2008

Berlusconi quiere crear el nuevo delito de inmigración clandestina.

El Gobierno italiano aprobará un plan para expulsar a los extranjeros sin papeles. Para la reagrupación familiar, el parentesco deberá probarse con una prueba médica, lo que excluirá a los hijos adoptivos.
Según el borrador del plan, el sospechoso de haber cometido tal delito -es decir, ser inmigrante sin papeles- deberá ser procesado en un máximo de quince días y después expulsado de Italia. El nuevo Ejecutivo derechista de Silvio Berlusconi también proyecta reforzar los polémicos centros de permanencia temporal, en los que son recluidos los inmigrantes sin papeles hasta que se decida su destino, pero en los que no pueden estar más de dos meses. La idea es ampliar al plazo a 18 meses -límite temporal que, de hecho, la Unión Europea está estudiando- y crear nuevos centros. En la actualidad, hay once.
Conversamos con Rosaria, de ARCI, la Asociación Recreativa Cultural Italiana.







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